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Una estrategia solo cobra vida cuando es clara, compartida y se pone en acción.
Este blog nace de mi trabajo con líderes y equipos que, como tú, quieren alinear propósito, personas y acción. Comparto contigo herramientas, reflexiones y experiencias reales que te ayudarán a traducir ideas en movimiento. para transformar la desconexión en cohesión, y de cómo el Lenguaje Visual Estratégico puede ayudarte a contar —y vivir— una estrategia que todos entiendan y abracen.
Porque si no lo vemos, no nos movemos.
Y aquí estamos para conectar personas, visualizar horizontes y dibujar caminos que nos pongan en acción.
El verdadero campo de juego de tu Estrategia
La estrategia vive en las pequeñas (grandes) decisiones de cada día
Cuando pensamos en “estrategia”, muchas veces nos vamos a lo grande: el plan a tres años (en esto al menos hemos tomado conciencia de no hacerlo a 5 años), la presentación impecable, el claim inspirador, la sesión con todo el equipo (ésto los lideres más conscientes) , incluso a veces el logo nuevo.
Todo eso importa. Es parte del dibujo completo.
En mis procesos hablo de una Estrategia Integral, Viva y Participada:
- Integral, porque mira el conjunto: negocio, personas, cultura, historia, contexto… y las relaciones entre todas esas piezas. Es una mirada sistémica.
- Viva, porque no se queda congelada en un documento: conversa todo el tiempo con la realidad, con lo que pasa dentro y fuera, con el mercado, con el mundo.
- Participada, porque implica a quienes luego van a sostenerla: se diseña con las personas, no solo sobre las personas.
De esto ya he ido hablando en otros posts. Es una de las improntas que traigo con mi propuesta Dibuja tu Estrategia®.
Pero, aun siendo esencial, no se termina ahí.
Si miras el esquema que acompaña este texto, verás varias órbitas.
En una primera la mirada sistémica de una Estrategia Integral, Viva y Participada.
En una segunda, más próxima al centro, aparece una segunda tríada:
- La Reflexión estratégica (aquí entra todo el pensamiento, hemisferio izquierdo y derecho en juego, aterrizar a palabras, ordenar, entender, clarificar, sintetizar).
- La Vivencia estratégica (compartirla y cocrearla en sesiones con distintas partes de la organizaciones en distintoss momentos, conversaciones, tensiones, acuerdos…).
- La Reapropiación estratégica (seguimiento, revisión, evaluación aprendizaje,ajustes…).
Y en el centro del dibujo, lo que muchas veces olvidamos: el día a día. Ese lugar donde todo lo anterior se juega de verdad, en esas pequeñas (grandes) decisiones que tomamos a veces sin darnos cuenta.
En el centro de la órbita estratégica : el día a día
La Estrategia se pone a prueba en lo que tú y tu equipo hacéis un martes cualquiera a las 10:00 de la mañana, cuando:
se os juntan varias urgencias,
alguien del equipo pide aire,
un cliente aprieta,
y hay que decidir.
Ahí aparece la versión más honesta de vuestra estrategia. No la que está escrita, sino la que vivís.
No todas las decisiones son estratégicas, claro. Hay muchas que son simplemente operativas y sostienen la casa. Pero dentro de ese día a día hay decisiones pequeñas en forma… y grandes en impacto:
- Decidir parar para escuchar a un equipo que está al límite.
- Proteger un proyecto que encarna el futuro que queréis, aunque no dé resultados inmediatos.
- Dejar de hacer algo que ya no tiene sentido, aunque siempre se haya hecho así.
- Y así otras muchas.
Esas pequeñas (grandes) decisiones son las que conectan:
- la reflexión que habéis hecho,
- la vivencia compartida,
- y la reapropiación que hacéis cuando revisáis cómo os va.
Sin ellas, la estrategia se queda flotando alrededor, pero no entra nunca del todo en el centro del dibujo.
Parece obvio… pero no lo es
El asunto está en que, en la práctica, decidimos muchas cosas sin una brújula clara delante:
- La estrategia está escrita, pero no visible.
- Los hitos importantes están definidos, pero nadie los tiene a mano cuando prioriza.
- Los indicadores clave (los famosos KPIs, OKRs…) viven en un Excel que casi nadie mira “hasta que toca”.
Y entonces, en el momento real de decidir, tiramos de intuición, de costumbre, de urgencia… más que de estrategia.
Ahí es donde es necesario darle una forma visual y compartida a la Estrategia para que pueda acompañar esas pequeñas (grandes) decisiones de cada día.
Una brújula visual para tus pequeñas (grandes) decisiones
Piensa en el esquema que acompaña este post como una brújula (sabéis que para mí la metáfora de la brújula estratégica es clave).
Cada vez que tengas que tomar una decisión de cierto peso, puedes hacerte cuatro preguntas muy sencillas, apoyándote en ese dibujo:
¿Esta decisión honra nuestra mirada integral?
Pregúntate:
- ¿Qué parte del sistema estoy tocando con esta decisión?
- ¿Qué impacto puede tener en otras áreas, personas o proyectos?
Una estrategia Integral no mira solo la pieza que tengo delante; mira las conexiones entre.
¿Está en diálogo con una estrategia Viva?
Aquí la clave es la conversación:
- ¿Estoy teniendo en cuenta lo que está pasando fuera (clientes, contexto, cambios del sector)?
- ¿Estoy incorporando lo que hemos aprendido últimamente?
Si la estrategia es Viva, cada decisión es también una oportunidad de aprendizaje, anclaje y/o de ajuste.
¿La estoy tomando de forma Participada… tanto como necesita?
No todas las decisiones pueden ser asamblearias, pero sí podemos preguntarnos:
- ¿Quién necesita estar en esta decisión para que luego pueda sostenerse?
- ¿A quién afecta directamente y ni siquiera les hemos escuchado?
La Participación no es un fin en sí mismo, es una condición para que la decisión sea sostenible.
¿Qué dice esta decisión de nuestra estrategia reflexionada, vivida y reapropiada?
- ¿Está alineada con lo que escribimos cuando pensamos la estrategia? (Reflexión)
- ¿Resuena con lo que el equipo ha vivido y ha entendido como rumbo común? (Vivencia)
- ¿Nos ayuda a dar un paso más en esa dirección, o más bien nos aleja? (Reapropiación)
No hace falta “hacer un máster” cada vez que decides algo. Basta con traer el dibujo (la visualización estratégica) a la cabeza (o a la pared) y pasar la decisión por esta pequeña brújula.
Para que esto funcione, la Estrategia tiene que verse
Aquí entra de lleno el Lenguaje Visual Estratégico.
Es muy difícil que una organización decida con coherencia si no tiene a la vista:
- Un mapa visual sencillo de su estrategia: propósito, ejes, proyectos clave.
- Los hitos principales del año o del ciclo (lo que otros llaman OKRs, grandes objetivos, etc.).
- Un puñado de indicadores clave que de verdad importan (no veinte, tres o cuatro bien escogidos).
No hablo de algo complejo, hablo de un mural, un panel, un cuadro sencillo, físico o digital, que responda a preguntas como:
- ¿Qué estamos intentando conseguir (de verdad) este año?
- ¿Cuáles son las 3–5 apuestas que no podemos perder de vista?
- ¿Cómo sabremos que estamos avanzando?
Cuando ese mapa está dibujado y compartido, cada pequeña (gran) decisión puede conectarse con algo concreto:
- “Esta decisión, ¿a qué hito aporta?”
- “¿Qué indicador se verá afectado?”
- “¿Nos acerca o nos aleja de esa apuesta que dijimos que era clave?”
Más adelante hablaré de esto con más detalle, cuando entremos en el terreno del Cuadro de Mando Visual.
Hoy quería quedarme aquí: en cómo las decisiones del día a día pueden alinearse mejor si la estrategia se ve, se entiende y se comparte.
Estrategia integral, viva y participada… también a las 10:00 de la mañana
Al final, una estrategia integral, viva y participada no se demuestra solo en el documento ni en el gran evento de presentación.
Se demuestra cuando:
- das un “no” difícil para proteger lo que es importante,
- haces una pausa para cuidar al equipo sin perder el foco,
- eliges un cliente o un proyecto porque encarna el futuro que queréis, no solo el ingreso inmediato,
- decides dejar ir algo que ya no tiene sentido, aunque cueste.
La próxima vez que tengas una de esas pequeñas (grandes) decisiones delante, te invito a hacer este gesto:
- Mira tu Mapa (visual) Estratégico (o, si aún no lo tienes, es tiempo de crearlo).
- Acuérdate de la infografía de las órbitas estratégicas: integral, viva, participada / reflexionada, vivida, reapropiada / decisiones del día a día.
- Pregúntate: ¿Qué rumbo estoy reforzando con esta decisión?
Si la respuesta te devuelve coherencia y claridad de rumbo, estás alineando Estrategia y funcionamiento real de la organización. Si algo chirría, ahí no hay fracaso; hay una invitación a ajustar el mapa, la conversación o la forma de decidir.
Porque la Estrategia no es un documento que se archiva ni un texto que se recita de memoria. Es un sistema vivo de decisiones que respira, conversa y se mueve en esas pequeñas (grandes) decisiones que tomas cada día.
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