#Bilbao #VisualDayEguna (la primera)
2 de febrero de 2019. El cielo se vistió de grises diversos. Y lanzaba rafagazos de cortinas de lluvia y puntitos de granizo, que le daban ese toque típico a nuestra preciosa ciudad. Desde Jaén, Barcelona, Soria, Valladolid, Donostia, Zaragoza, Valencia, Castellón, Derio, Tolosa, Logroño, Madrid, Pamplona… se iban dibujando líneas rectas, y curvas que se iban acercando con ganas, con rotuladores de colores, con ipads, cuadernos y muchas ganas para vernos, desvirtualizarnos y compartir. Celebrábamos el primer #Bilbao #VisualDayEguna. Organizado por AulaBlog y Muxote Potolo Bat, las más de 120 personas allí convocadas, teníamos el objetivo de profundizar y conversar sobre el aporte del VisualThinking , que definíamos como un idioma universal, en los procesos de aprendizaje. Nos conectaba la pasión por el Visual Thinking y la convicción de querer profundizar en el uso de este lenguaje en nuestras aulas, nuestros equipos, nuestras relaciones, nuestras empresas y organizaciones, por cinco simples (y muy profundas) razones que emergieron de las cuatro ponencias y los cinco talleres que escuchamos y experimentamos: Capta la atención, favorece la alineación y tiene el poder “enganchar” y comprometer a las personas que participan del espacio que utiliza este lenguaje. Contribuye enormemente al trabajo en equipo. Nos permite retener y memorizar la información con mayor potencia. Sintetizarla. Y comunicarla con un mayor impacto. Conecta ideas, conecta personas, conecta tiempos, conecta palabras y también… visibiliza y nos conecta con el silencio (poderosa “palabra”). Y nos permite, desde ahí integrar y promover, y responder a la diversidad de la que somos parte (personas, realidades, enfoques…) Es un lenguaje que nos conecta (in-out), que nos permite visualizar escenarios (y colocarnos en ellos) y desde ahí proponer escenarios de futuro. A la vez es una poderosa metodología que ofrece herramientas concretas que decantan en orden y estructura. Y desde ahí generamos síntesis y narrativas de sentido. Y esas narrativas visuales nos descubren los intangibles, destacan los matices, y nos abre caminos para que la novedad emerja. Y todo ello, disfrutando del encuentro. De ponernos cara. De mancharnos los dedos. De cocinar posibilidades. Celebrando(nos) y agradecidos/as de tanto bueno compartido. Un día redondo. Bien encuadrado. Triangulando ideas. Trazando líneas de conexión. Poniendo foco en los puntos clave. Y garabateando la posibilidad. Con ganas de más: ¡Nos vemos el año que viene! Laster arte! Y mientras tanto… ¡¡muuuucho Visual Thinking!! Foto de: Josu Garro GraphicRecording by @muxotepotolobat @IratxeFdezMpb Vídeo de Josi Sierra (@josi ) Vïdeo realizado por eduardomunilla.com
El lenguaje visual (#Visual Thinking) como propuesta para el trabajo con equipos y organizaciones
Trabajaba en cooperación internacional. En 2008, un año antes del Golpe de Estado, me tocó acompañar un proceso en Honduras con dos organizaciones con amplio recorrido y presencia en la zona. Era urgente perfilar líneas de acción que promovieran una nueva forma de participar y de ejercer la ciudadanía. Objetivos y líneas de acción realistas y ambiciosas que dieran respuesta a un contexto sociopolítico crispado y económicamente polarizado. La tarea no era fácil. El análisis y la situación de partida que iban describiendo, mostraba un contexto enmarañado, complicado. Lleno de violencia e impunidad. Un tejido social que se movía entre la incertidumbre y el miedo. Dos organizaciones con mucho compromiso, una apuesta clara pero con sus propias incertidumbres y miedos (personales y organizacionales). En aquel momento, desplegamos sobre la pared un papel largo, en blanco. Comenzamos a identificar las preguntas que surgían ante ese tiempo y ese lugar concreto en el país. Las respuestas, las fuimos desplegando directamente sobre aquel papel en blanco. Descentramos la conversación de las personas que participábamos del espacio. Y focalizamos nuestra atención en aquella hoja en blanco en la comenzamos a estructurar, poco a poco (con imágenes y palabras) una imagen sintetizada de conjunto, mientras que revelaba detalles que emergían de aquella narrativa global común. Aquella realidad enmarañada, se convirtió en un ovillo más ordenado del que fuimos soltando los hilos necesarios para tejer una propuesta de trabajo aterrizada, enfocada, que respondía a los retos y estaba aterrizada a la realidad y las posibilidades reales de las dos organizaciones que la iban a implementar. Aquello que construimos en aquella pared, juntos, fue mi primer ejercicio de Visual Thinking, sin que yo supiera que lo estaba haciendo. 8 años más tarde, había pasado por Boston (donde descubrí la disciplina y la ciencia del Visual Thinking), había co-escrito un libro sobre Pensamiento Visual y había creado una empresa. Y ya dedicaba mi actividad profesional a la comunicación, la facilitación visual y el coaching de equipos. Mismo trabajo y enfoque. Desde otro lugar. En 2016, una empresa consolidada en el mundo de la automoción, tenía el reto de comunicar lo que era y hacía, tanto hacia su plantilla de trabajadores/as (diversa y localizada en distintos lugares del mundo) como a sus clientes (mayoritariamente internacionales). Querían hacer “entendible” su propuesta. Una empresa con un enorme recorrido en la sistematización de sus procedimientos, sus sistemas de calidad y en la implantación de un modelo de gestión propio que la había llevado a ser reconocida tanto en su entorno más cercano como también a nivel internacional. El discurso, la propuesta y el modelo eran complejos. Llenos de términos y procesos complejos. En algunos momentos entraba en pánico ante tal cantidad de flujos, procesos, iniciativas y acciones. En aquel momento, desplegué sobre la pared una papel largo, en blanco. Apagamos los ordenadores. Y nos preguntamos ¿qué (nos) queremos contar? Poco a poco fueron emergiendo los elementos principales que constituían el núcleo de la propuesta de su modelo de gestión. Y de ahí, surgieron nuevas ideas, visualizada con una enorme fuerza y que en su conjunto explicaban la totalidad de esas estrategias que en su conjunto explicaban con sencillez el conjunto de su propuesta y apuesta de negocio. De aquel ejercicio en común, creamos una nueva manera de contar lo que esa empresa hacía. Un relato más aprehensible, más entendible y con mayor potencial para ser comunicado y por ende para que otros se pudieran apropiar de él. Las personas que utilizamos la recogida y la facilitación visual utilizamos la escucha y las habilidades del dibujo (¡sencillo!) para acompañar a las personas y a los equipos a profundizar en lo que está aconteciendo. Hacemos la realidad compleja, más visual, más comprensible. Simplemente, más sencilla. Más entendible. Más… aquí y ahora. Cuando vemos nuestras palabras y nuestros pensamientos expresados frente a nosotros/as -en ese aquí y ese ahora, plasmados sobre el papel, tomamos mayor conciencia de lo que está ocurriendo en ese espacio. Entendemos un poco mejor. Vemos un poco más allá. Y si lo veo, si lo vemos, tenemos más posibilidades de dar un pequeño paso hacia otro lugar. Los distintos desarrollos del Visual Thinking, que engloban entre otros: la recogida de un acta visual (#GraphicRecording), dar orden y secuencia a las ideas y la información (#MindMapping), generar una estructura de proceso, una narrativa común, contar quienes somos (#StoryTelling, #Infografías) la creación de manera participada, fortaleciendo el equipo y la apropiación de los procesos (#FacilitaciónVisual) nos abren en el trabajo con en nuestros equipos, en el desarrollo de nuestros proyectos, en nuestras reuniones o en nuestro trabajo diario, una enorme posibilidad que: Cuando hablamos de Visual Thinking hablamos de un lenguaje. No se trata de dibujar. Se trata de sintetizar, de entender y hacer entendible. De visualizar un todo global y común que convive con el matiz de lo pequeño y diverso, la palabra con el silencio, lo explícito con lo emergente. Un lenguaje que nos ayuda a estructurar la información. Que facilita la (co)creación del proceso. Que favorece el dialogo, la conversación, la conexión (de ideas, de personas, de planos, de voces) . Que nos permite cuidar, mover y en algunas ocasiones (privilegiadas) de conmover. Y nos ayuda a comunicar y comunicarnos con mayor potencia y efectividad. El uso del lenguaje visual no es un acto de “dibujar y garabatear”: es un ejercicio que conecta mente y corazón para favorecer conversaciones , generar alineación y compromiso y desgranar soluciones o visualizar escenarios posibles. Y hacerlo con un lenguaje común. Que aglutina. Que hace horizontal la relación y el pensamiento en una organización. El Visual Thinking está al alcance de todas las personas que quieren conectar con sus equipos y sus clientes. Al alcance de quien (se) quiere comunicar mejor. Al alcance de las personas y equipos de trabajo que apuestan por el cambio y por abrir la posibilidad a lo nuevo y lo emergente. Porque la pregunta no es ¿se dibujar? La pregunta es… ¿quiero conectar, comunicar, sintentizar… más y mejor
¡Vamonossss!
“Las personas que practicamos el Visual thinking somos un grupo diverso de profesionales que utilizamos una amplia variedad de metodologías y herramientas como los diagramas de flujos, las ilustraciones, los mapas mentales, las imágenes, los iconos, las metáforas, elementos multimedia, dibujos y palabras para capturar información, comunicar ideas y estimular un pensamiento creativo. En un mundo cada vez más visual, sobre todo en el terreno de lo digital, las herramientas y estrategias visuales adquieren cada vez mayor fuerza y poder.” Ya tenemos todo listo para asistir al #IFVP2016, la 21ª Conferencia Anual de los/las Visual Thinkers que se va a celebrar en Arlington, Virginia. Estoy taaaaan emocionada por poder unirme y aprender de las personas que apostamos, a lo largo de todo el mundo, por incorporar el lenguaje visual en la transformación de nuestros equipos, organizaciones y nuestra realidad. Dejo hueco en la maleta para llenarla de nuevos aprendizajes y relaciones que contribuyan a nuestro trabajo en #EyeKontact! Manteneros en línea que os iremos compartiendo todo lo que allá nos vayan compartiendo.